Es una vasculitis multisistémica crónica y recurrente caracterizada por lesiones mucocutáneas, así como por manifestaciones articulares, vasculares, oculares y del sistema nervioso central.
Se ha descrito que la enfermedad de Behçet (EB) se presenta con mayor frecuencia en poblaciones de la Ruta de la Seda, con una mayor prevalencia registrada en Turquía de >1/1.000, respecto a 1/10.000 en Japón. Los casos europeos han sido descritos más frecuentemente en países mediterráneos.
Descripción clínica
La enfermedad se desarrolla con mayor frecuencia en adultos, aunque se han descrito casos pediátricos. Los episodios recurrentes consisten en aftas orales redondeadas con bordes elevados y eritematosos (1-3 cm de diámetro) pueden ir acompañados de aftas genitales (>50% de los casos); los rasgos cutáneos pueden incluir pseudofoliculitis y eritema nodoso. Los trastornos oculares (uveítis posterior, vasculitis retiniana) se producen en alrededor del 50% de los pacientes con EB. Las artralgias y/o artritis simétrica no erosiva son frecuentes (45%) y pueden ser el síntoma inicial. La vasculitis en la EB es más frecuente en el sistema venoso donde puede producirse trombosis en los territorios de las venas fémoro-iliaca, vena cava superior e inferior y cerebral. Las trombosis y aneurismas arteriales más infrecuentes afectan principalmente a los vasos pulmonares. Las manifestaciones neurológicas esporádicas (neuro-Behçet) son frecuentes (>20%) y pueden incluir cefalea, signos piramidales con hemiparesia, daños en los nervios craneales, meningitis, cambios conductuales y disfunción del esfínter. Las lesiones aftoides y/o ulcerativas pueden afectar a la totalidad del tracto digestivo, pero fundamentalmente al ileocecal y al colon ascendente, pudiendo dar lugar a hemorragias y perforaciones.
Etiología
De origen desconocido, la predisposición genética en la EB puede favorecer que ciertas infecciones (en particular por Streptococcus sanguis) y/o agresiones ambientales desencadenen síntomas que implican episodios inflamatorios esporádicos reminiscentes de trastornos autoinflamatorios por reacciones cruzadas con antígenos de la mucosa oral. El antígeno HLA B5101 está asociado a la EB en el 50-70% de los pacientes. La activación NF-kB y los niveles aberrantes de citoquinas (IL-6, TNF-a, IL-8, IL-12, IL-17 y IL-21) han sido implicados en la patogénesis de la EB.
Métodos diagnósticos
El diagnóstico de la EB es fundamentalmente clínico y se basa en los criterios de clasificación internacional, que son sensibles y específicos. La presencia de ulceración bucal recidivante (al menos 3 veces durante 12 meses; 2 puntos), ulceración genital (2 puntos), uveítis (2 puntos), lesiones cutáneas (1 punto), manifestaciones cardiovasculares (1 punto), manifestaciones neurológicas (1 punto) y o reacción de patergia (1 punto). El diagnóstico de la enfermedad de Behçet se establece con una puntuación de ≥4 puntos. También pueden estar presentes otros elementos que contribuyan al diagnóstico. La afectación visceral grave aislada (como trombosis de la vena cava, cerebral y/o subhepática, aneurismas pulmonares, afectación neurológica y/o vasculitis retiniana) puede ser inicial y debe evocar EB; por lo tanto, se recomienda la consulta sistemática con un experto en la enfermedad. Los antecedentes familiares de EB también incrementan la probabilidad de diagnóstico. La búsqueda del haplotipo HLA-B51 no es un elemento de diagnóstico sólido, pero puede resultar útil en situaciones de incertidumbre diagnóstica.
Diagnóstico diferencial
En ausencia de tratamiento, el pronóstico es grave debido a la afectación ocular que puede evolucionar potencialmente a ceguera. Existe además riesgo letal asociado a ruptura arterial, trombosis de grandes vasos o afectación neurológica que cause encefalopatía o hipertensión cerebral que conlleve una pérdida de autonomía. El cuidado intensivo junto con un estrecho seguimiento multidisciplinar y un tratamiento inmunosupresor adaptado ha demostrado reducir en gran medida la morbimortalidad.
Los esteroides antiinflamatorios son la base del tratamiento. La suspensión del tratamiento puede conllevar corticodependencia y recaídas. También se prescribe la administración simultánea de fármacos inmunosupresores (como azatioprina, ciclofosfamida, metotrexato o micofenolato de mofetilo), aunque éstos tienen un efecto retardado. Tanto el anti-TNF como el interferón alfa (2a o 2b) son eficientes, especialmente en casos de uveítis grave, y los tratamientos antiagregantes o anticoagulantes se utilizan en casos de trombosis vascular. La colchicina alivia los síntomas mucocutáneos. Apremilast ha sido aprobado recientemente para la ulceración oral refractaria en la EB. La eficacia depende del inicio temprano y de la adherencia al tratamiento.
En ausencia de tratamiento, el pronóstico es grave debido a la afectación ocular que puede producir ceguera, el riesgo de ruptura arterial es letal y los síntomas neurológicos pueden causar encefalopatía, lo que puede ocasionar al paciente gran invalidez. El cuidado oftalmológico intensivo junto con un tratamiento inmunosupresor ha demostrado reducir en gran medida la morbilidad.
REFERENCIAS: